Cuando era niño, Heriberto Vela, un residente indígena de Loreto, Perú, observó a su padre extraer nidos de abejas silvestres sin aguijón de los árboles de la selva amazónica. Juntos, los dos extraían miel de los nidos para ayudar a curar resfriados y otras dolencias.
Las abejas sin aguijón son nativas del Amazonas, a diferencia de las abejas más familiares pero invasoras de África y Europa que se han extendido a América. Quizás la diferencia más obvia es que las abejas sin aguijón no pican. Su miel, que es lo suficientemente líquida como para beberla en forma líquida y se dice que tiene un regusto cítrico, es utilizada por muchos indígenas peruanos como medicina natural.
El padre del Sr. Vela no sabía cómo salvar a las abejas: volarían o incluso morirían. “Tomamos los nidos y los dejamos en el suelo del bosque”, dijo Vela. «Esas abejas se perdieron».
Hoy los métodos del Sr. Vela son más sofisticados. Su familia mantiene 76 nidos de abejas sin aguijón en cajas cuadradas de madera colocadas sobre palos y repartidas por toda la casa. Cada nido artificial tiene varios cajones, pero Vela recolecta miel de solo uno, al que llama Honeyera, o tarro de miel, y deja el resto para las abejas. “Lo necesitan para vivir”, explicó. «Si se los quito, es posible que se escapen».
El Amazonas es el hogar de cientos de especies de abejas sin aguijón, pero a medida que la deforestación convierte el paisaje tropical en granjas y ranchos, estos y otros polinizadores nativos corren el riesgo de desaparecer. Los pesticidas, el cambio climático y la competencia con la abeja melífera, que se adapta mejor a las zonas agrícolas que la abeja sin aguijón, introducen más tensiones.
La familia del señor Vela se encuentra entre las pocas que crían abejas sin aguijón y viven de los ingresos que éstas generan. César Delgado, entomólogo del Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana que ha ayudado a Vela a perfeccionar su práctica, quiere ampliar el atractivo. «La apicultura es una excelente manera de permitir que los bosques y las comunidades se adapten al cambio climático», dijo.
Construir una economía basada en abejas sin aguijón, que polinizan gran parte de la flora nativa del Amazonas, es una forma creativa de combatir la deforestación, dijo Rosa Vásquez Espinoza, bióloga química y fundadora de Amazon Research Internacional. Pero para que el esfuerzo funcione, enfatizó el Dr. Vásquez Espinoza, es necesario incorporar el conocimiento y el estilo de vida de los pueblos indígenas que consideran hogar a la selva tropical. Debe ser “un proceso autosostenible y acorde con la cultura de las comunidades”, afirmó.