JPMorgan Chase está reorganizando su equipo de liderazgo, una medida que muchos ven como un plan de sucesión incluso cuando su antiguo director ejecutivo, Jamie Dimon, ha señalado que permanecerá en el cargo.
Dimon, de 67 años, ha encabezado lo que ahora es el banco más grande de Estados Unidos durante casi dos décadas y ha desestimado repetidamente los rumores de que podría dejar el cargo. Sin embargo, el espectro de su eventual salida se cierne sobre JPMorgan mientras los extraños se preguntan si podría postularse para un cargo público o servir en una administración presidencial.
En un memorando a los empleados el jueves, JPMorgan confundió aún más el tema. Daniel Pinto, director de operaciones del banco y adjunto de Dimon, renunciará a su cargo de director de banca corporativa y de inversión. Dimon dijo que él y Pinto “continuarán administrando conjuntamente la empresa”.
Las responsabilidades anteriores de Pinto se dividirán entre Jennifer Piepszak y Troy Rohrbaugh, quienes se desempeñarán como codirectores generales de un banco comercial y de inversión ampliado que reúne múltiples líneas de negocios en una sola unidad. Otros bancos, incluidos Citigroup y Goldman Sachs, también han racionalizado sus operaciones en un esfuerzo por centrarse en unidades de mayores ganancias, particularmente después de que la crisis bancaria regional de la primavera pasada golpeara a los prestamistas que se habían expandido demasiado rápido.
JPMorgan se encuentra en una posición envidiable en relación con sus pares. Sus acciones han subido un 23% durante el año pasado, mientras que las acciones bancarias promedio han caído. El banco continúa absorbiendo los depósitos de los clientes y se abalanzó para hacerse cargo de First Republic en dificultades poco después de que Dimon coordinara un rescate respaldado por el gobierno del tambaleante prestamista.
Esta estabilidad no sólo ha mantenido a Dimon en su cargo por más tiempo que sus rivales (es el único director ejecutivo de un banco importante que permanece en su puesto después de la crisis financiera de 2008), sino que también ha ayudado a sofocar la posible inquietud entre quienes esperan sucederlo. .
Piepszak y Marianne Lake dirigieron juntas el negocio de consumo del banco, que incluye sucursales de banca minorista y su enorme división de tarjetas de crédito. La promoción de Piepszak esta semana le dará nueva visibilidad en otras áreas del negocio, mientras que Lake, ahora única jefa de operaciones de consumo, permanecerá sola en la cima de esa parte del banco que se vigila de cerca.
Los analistas de Wall Street han visto durante mucho tiempo a Lake como una posible sucesora de Dimon.
La reorganización de esta semana también provocará la salida de algunos ejecutivos. Otros en el banco verán redefinidos sus roles o serán ascendidos a otros nuevos.
Mary Erdoes, que dirige el negocio de gestión patrimonial de JPMorgan y es quizás la cara más pública del banco después de Dimon, permanecerá en su puesto actual.
El señor Dimon tiene un incentivo financiero para permanecer en su trabajo por mucho más tiempo. Además de su salario anual (36 millones de dólares en 2023), se espera que reciba una bonificación adicional si vuelve a ocupar el cargo de director ejecutivo en 2026.